JuanFe + Mauro

October 18, 2025 • Bogotá, DC, CO
154 Days To Go!

JuanFe + Mauro

October 18, 2025 • Bogotá, DC, CO
154 Days To Go!

Nuestra versión de la historia

Todo comenzó con mensajes. Largos, intensos, divertidos. De esos que se responden con emoción, como si el corazón también tuviera teclado. Juanfe y Mauro hablaban como si se conocieran de antes, como si el algoritmo del universo los hubiera cruzado a propósito. Pero había un detalle: nunca lograban verse en persona. Entre agendas apretadas, cambios de plan y un par de excusas con tono coqueto, pasaron los meses.


Hasta que, por fin, llegó el 18 de agosto de 2021. La cita era a las 7:00 p.m. Mauro, puntual como su signo zodiacal, llegó a la hora exacta. Juanfe, tan él como siempre, apareció a las 8:00 —fiel a su caos encantador, con una sonrisa que lo perdonaba todo y un aire que iluminaba el lugar.


Esa hora de espera pudo haber arruinado cualquier plan, pero Mauro —acompañado de una buena copa de vino— decidió quedarse. Y qué bueno que lo hizo, porque cuando Juanfe cruzó la puerta, todo cambió.


Hablaron como si se reconocieran de otra vida. Rieron fuerte. Se miraron sin miedo. Había química, pero también algo más difícil de explicar: paz.


Tanta, que el tiempo se hizo trizas. Cerraron el lugar. Literalmente. Y al salir, Mauro escribió a una de sus mejores amigas un mensaje que no necesitaba revisión:

“Con este hombre me caso.”


Pero la historia no termina ahí. Porque mientras Mauro ya lo veía claro, Juanfe —que siempre había sido más escéptico— se sorprendió positivamente. Esa noche, camino a casa, pensó en lo natural que había sido todo. En cómo, sin pretenderlo, ese encuentro tenía algo diferente. En cómo Chicago —que no confiaba en cualquiera— se había acercado a él como si dijera: “este es.” Y en cómo, por primera vez, la idea de quedarse no asustaba.


Desde entonces, han sido días de todo tipo. De conversaciones largas y silencios cómodos. De risas en pijama, viajes improvisados y playlists compartidas. De desacuerdos resueltos con respeto, sueños construidos de a dos (bueno, de a tres, con Chichi), y acuerdos mutuos.


Hoy no solo celebran el amor que construyen cada día, sino también a las personas que lo han acompañado desde el inicio. A quienes vieron sus ojos brillar cuando hablaban del otro. A quienes conocen los detrás de escena. A quienes siempre han estado.


Porque sí, esta historia comenzó con una cita pospuesta y un vino solitario.


Pero lo que vino después… fue todo menos casual.